Diego Andrés Caraballo Sánchez, conocido cariñosamente como “El Chico Bailarín”, continúa librando una dura batalla por su vida luego del grave accidente de tránsito que sufrió el pasado 6 de abril en Montería. El joven, recordado por contagiar alegría y esperanza desde el carro recolector de Urbaser, hoy permanece en estado de dependencia total y requiere cuidados intensivos permanentes.
Según el diagnóstico médico, Diego presenta secuelas de un traumatismo craneoencefálico severo, con conciencia disminuida, desorientación y movilidad limitada, lo que obliga a que reciba atención especializada las 24 horas del día. Su familia, en medio de la difícil situación, agradece la solidaridad de la comunidad y pide a las autoridades de salud garantizarle un entorno digno y los servicios que necesita para preservar su vida.
A pesar de la gravedad, ha mostrado leves signos de respuesta, abriendo los ojos y reconociendo a sus seres queridos. Su historia, que alguna vez iluminó las calles con baile y alegría, hoy inspira a toda una ciudad que ruega por su recuperación y clama empatía institucional para este símbolo de esperanza.














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